HOMILIA MISA DE
CLAUSURA
ENCUENTRO
LATINOAMERICANO DE JOVENES AGUSTINOS
BUENOS AIRES 2015 -
BENAVIDEZ
Sabemos
que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que los aman, de aquello
que él llamó según su designio…Dios nuevamente ha cumplido su palabra y ha
dispuesto todas las cosas para que pudiéramos encontrarnos y vivir estos días
de fraternidad, bien agustinianos, bien de raza agustina. Y todo lo hizo para
el bien de nosotros, sus hijos amados. A la luz de las palabras de Pablo, cómo
no leer e interpretar este encuentro como una caricia de Dios, como fruto de su
providencia divina, como fruto del amor que Dios nos tiene y no se cansa nunca
de demostrárnoslo. En su designio quiso que nos encontráramos, agustinos
venidos de todas las partes de Latinoamérica para hacernos sentir su llamado,
para hacernos sentir que el nos ha elegido para mas.
Te elegí
para mas… nos susurra Jesús a nuestros oídos. Nos lo hemos repetido tantas
veces entre nosotros…Te elegí para más es la frase que poco a poco ha ido calando
hondo en nuestro corazón y que ahora, en este momento de clausura, espera
producir sus frutos. Pero antes de pasar a los frutos, nos permitamos un último
momento para volver sobre estas palabras con las que Jesús ha querido hablarnos
en este encuentro. Sobretodo los invito a pensar ahora en la última parte de la
frase, en el para más. ¿Qué significa para más? ¿qué es lo que Dios quiere
decirnos eligiéndonos para más?
Más, en
la lengua latina, tiene dos posibles vocablos, sinónimos entre sí. El primero
es el adverbio latino conocido por todos como Plus que significa algo que
excede, que está fuera de lo normal, algo fuera de lo acordado, es el sobresueldo.
El plus es en otras palabras lo que marca o hace la diferencia. Esto quiere
decir que cuando Jesús nos llama, nos elige, nos separa, lo hace para que
seamos diferentes, para que marquemos un diferencia, para que seamos testigo de
algo nuevo, para que seamos el plus de Dios. ¿Por qué tus discípulos, le
preguntaban los fariseos a Jesús, no se purifican, no observaban el sábado, no
son como los discípulos de Juan? No porque eran revolucionarios, ni tampoco trasgresores
de la ley, sino porque sus vidas habían sido marcadas por el encuentro con
Jesús que los había hecho diferentes. El encuentro con Jesús nos cambia la
vida, nos saca de la rutina, de lo de siempre para hacernos entrar en la
dinámica de lo nuevo. Y desde eso nuevo,
nos llama a ser signo, a ser ese plus, a ser profetas, a ser esos “bichos raros”
que se interrogan e interrogan a los demás con sus vidas. La comunidad
agustiniana siguiendo el modelo de las primeras comunidades, que con su vida
despertaban el estupor y la admiración, no puede negociar de ninguna manera este
plus y terminar mezclándose y siendo lo mismo que los demás. El pueblo de Dios
tiene hambre de lo nuevo, de la novedad del Evangelio y Jesús nos envía a
comunicar esa novedad…eso nuevo y por eso nos ha elegido para más. Queridos
jóvenes no tengamos miedo a lo nuevo. Dejémonos tocar por aquel que hace todas
las cosas nuevas. Seamos en medio de nuestra sociedad signo, fermento de la
novedad del evangelio.
El segundo
termino latino utilizado para más es el adverbio magis que significa grande. Te
elegí para más tiene por tanto también el significado de una llamada a ser
grandes. La elección de Jesús es para una grandeza…El nos ha elegido para que
seamos grandes, para cosas grandes, para que aspiremos, para que deseemos cosas
grandes. El Papa Francisco en un discurso a los jóvenes les recordaba que el
corazón del ser humano aspira a grandes cosas, a valores importantes, a
amistades profundas. El ser humano aspira a amar y ser amado. Esta es la
aspiración más profunda, nuestra aspiración: amar y ser amado. Agustín reconoce
en sus confesiones que lo único que buscaba en su vida era amar y ser amado, se
descubre deseando esta grandeza y esto es lo que él le llamaba como felicidad. En
su vida había descubierto otras grandezas, pero ninguna de ella llegó a
saciarlo como la de ser amado por Dios y amar a los demás.
Eligiéndonos,
el Señor ha sembrado en nosotros ese deseo del amor que mantiene inquieto
nuestro corazón hasta no descanse en el amor de Dios que es lo más grande que
hay. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos y ustedes son mis amigos.
Jesús nos ha hecho suyos para amarnos…y cuánto nos cuesta creerlo…creámoslo
porque es verdad...y nos eligió para amar como él nos amó. El envío de Jesús es
un envío del amor para el amor: mi mandamiento es que se amen los unos a los
otros como yo los he amado y por eso y para eso nos ha elegido para más…para
esa grandeza. Agustín ha descubierto en esta grandeza el peso de su vida, su
sentido, su dirección…mi amor es mi peso y por el soy llevado a dondequiera que
vaya. En el amor ha querido fundamentar su proyecto de vida comunitaria porque
es sólo el amor que puede hacer de muchas almas y muchos corazones, una sola
cosa. La vida comunitaria, la fraternidad, la amistad tiene sentido porque nos
hacen aspirar hacia lo grande…porque nos permiten vivir plenamente el doble
mandamiento de Jesús del amor a Dios y el amor al prójimo, el primero y el más
grande de todos los mandamientos.
Homilía de Clausura del ELJA 2015 en el Patronato de la Infancia, Benavidez. |
Jóvenes
agustinos no nos dejemos ni apagar ni robar nunca este amor que nos inflama,
que nos hace ser grandes, que nos hace ser uno como el Padre y el Hijo son uno,
que nos hace ser comunidad, que nos hace ser hermanos, amigos de Dios, que nos
hace ser verdaderamente felices, que nos realiza plenamente. No dejemos que nos
confundan ni nos engañen vendiéndonos otras grandezas, ni cambiemos la grandeza
de Dios por otras grandezas, grandes por fueras, pero pequeñas por dentro. Ni
tampoco le tengamos miedo a su amor y a comprometernos con él. Dios te quiere…y
qué bueno se siente cuando uno es querido por Dios; dejáte querer y sé instrumento
de su amor.
Te elegí
para más…, pido a Dios que nunca nos olvidemos de estas palabras y que al
regresar a nuestras comunidades podamos susurralas a los demás de modo que
juntos podamos despertar al mundo al amor de Dios, a esta grandeza, a este plus
que como bien lo dice la palabra es un derroche de Dios que en su bondad nos
quiso regalar.
Fr. José Guillermo Medina, OSA
Vicario Regional
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